El proceso de cultivo del cannabis es tan fascinante como complejo. Comprender las distintas fases por las que pasa una planta de cannabis puede mejorar drásticamente tus posibilidades de obtener una cosecha abundante. Desde la germinación de la semilla hasta la floración, cada fase requiere una atención especial a la luz, los nutrientes y el agua. Veamos qué hace que cada fase sea única y cómo puedes optimizar tu proceso de cultivo.
Germinación: el comienzo de la vida
La germinación marca el comienzo de la vida de una planta de cannabis. Esta fase, que suele durar entre 3 y 10 días, es crucial. En este periodo, las semillas se colocan en un medio de cultivo óptimo, como la tierra. Esta fase no sólo determina la salud futura de la planta, sino que también prepara el terreno para las siguientes etapas de crecimiento.
Las semillas en germinación necesitan unas 18 horas de luz en interior y al menos 6 horas de luz solar plena y directa si se cultivan en exterior. Asegúrese de proporcionar semillas de calidad para obtener mayores índices de germinación, aunque es posible que algunas no lleguen a brotar. Durante este tiempo, concéntrese en mantener unos niveles de humedad adecuados sin regar en exceso, ya que demasiada agua puede impedir el desarrollo de las semillas.
Fase de plántula: crecimiento inicial delicado
Una vez que la semilla ha germinado con éxito, tu planta de cannabis entra en la fase de plántula, que dura de 2 a 3 semanas. En este periodo, las icónicas hojas en abanico empiezan a hacer su aparición. Estas pequeñas hojas suelen tener tres láminas al principio, y luego crecen más a medida que la planta madura.
Durante esta fase, las necesidades de luz siguen siendo similares a las de la fase de germinación: 18 horas de luz en el interior y pleno sol en el exterior. Evite el riego excesivo teniendo en cuenta que las raíces son aún relativamente pequeñas y delicadas, y que necesitan un mínimo de agua para desarrollarse. Muchos cultivadores prefieren iniciar las plántulas en el interior con luz artificial para protegerlas durante esta fase tan delicada.
Fase vegetativa: crecimiento rápido
En la fase vegetativa se produce un crecimiento significativo. Esta fase, que dura entre 3 y 16 semanas, exige cuidados específicos para un desarrollo robusto de la planta. Durante esta fase, las plantas suelen trasplantarse a macetas más grandes para dar cabida a los sistemas radiculares en expansión.
Esta etapa también implica cambiar los hábitos de riego. Al principio, las plantas necesitan que se las riegue cerca de la base, pero a medida que crecen, es importante regar más lejos del tallo para favorecer la expansión de las raíces y una absorción eficaz del agua. El ciclo de luz sigue siendo el mismo que en etapas anteriores, con 18 horas diarias de luz en interiores o luz solar continua en exteriores.
Mantenimiento de las plantas durante la fase vegetativa
Los planes de poda, formación y espaldera se ejecutan mejor durante este periodo. Estas técnicas favorecen un crecimiento sano y preparan a la planta para una fase de floración productiva. La gestión adecuada de los nutrientes es igualmente importante, ya que garantiza que las plantas reciban el nitrógeno adecuado para el desarrollo del follaje.
Fase de floración: preparación para la cosecha
Esta fase final, que dura entre 8 y 11 semanas, es el momento en el que culminan todos tus esfuerzos. La floración se produce de forma natural en el exterior a medida que la luz del día disminuye en otoño, mientras que los cultivadores de interior controlan esta fase ajustando el ciclo de luz a 12 horas al día.
La fase de floración se divide en tres subfases: iniciación de la floración, producción masiva de yemas y maduración. Las plantas femeninas desarrollan pistilos, que son pelos blancos que significan la formación de capullos. Durante esta fase es fundamental pasar de nutrientes en los que predomina el nitrógeno a otros ricos en fósforo y potasio para favorecer el desarrollo de la floración.
Consideraciones durante la floración
Evite la poda durante la floración para evitar desequilibrios hormonales que podrían dificultar el desarrollo de los cogollos. Las espalderas o el método Screen of Green (ScrOG) ayudan a sostener los cogollos pesados y garantizan un flujo de aire adecuado a través de la copa de la planta, reduciendo el riesgo de moho y enfermedades.
Reconocer la preparación para la floración
Las plantas de exterior inician la floración después del solsticio de verano, cuando la luz del día empieza a disminuir. Los cultivadores de interior pueden acelerar esta fase reduciendo la exposición a la luz a 12 horas diarias. Observar las preflores – estructuras diminutas donde se forman los cogollos – es clave para saber si tu planta está pasando a la fase de floración.
En última instancia, el éxito de tu cultivo de cannabis depende de que reconozcas los requisitos de cada fase y atiendas cuidadosamente las necesidades de las plantas a lo largo de su ciclo vital. Equipado con estos conocimientos, estarás en el buen camino para conseguir una cosecha de cannabis exuberante y fructífera.