La germinación de las semillas de cannabis es donde comienza el viaje. Aunque las fases vegetativa y de floración a menudo eclipsan esta etapa, es absolutamente esencial. Si tus semillas no germinan, no hay planta que cultivar. ¿La buena noticia? Con el entorno adecuado y un poco de atención, es fácil dar a tus semillas el comienzo fuerte que necesitan.
¿Qué es la germinación de las semillas de cannabis?
La germinación es el proceso biológico por el que una semilla de cannabis empieza a convertirse en una plántula. Dentro de cada semilla hay un embrión vivo, esperando las condiciones adecuadas, principalmente humedad, calor y oscuridad, para empezar a crecer.
Cuando una semilla se expone a estas condiciones, absorbe agua y desencadena enzimas internas. Estas enzimas impulsan el crecimiento y rompen la cáscara de la semilla. Primero aparece la raíz primaria, que se dirige hacia el suelo. Poco después, un brote se eleva en busca de luz.
Primer paso: comprobar la viabilidad de las semillas
Antes de empezar, conviene comprobar si las semillas son viables. Incluso en condiciones perfectas, las semillas no viables no germinarán. Esto es lo que puedes hacer:
- Control visual: Las semillas sanas suelen ser marrones, de cáscara dura y a menudo tienen rayas. Las semillas pálidas, agrietadas o blandas pueden no germinar.
- Prueba de flotación: Coloca las semillas en un vaso de agua. Si se hunden en una o dos horas, es probable que sean viables. Las que flotan a menudo no lo son.
Segundo paso: preparar el entorno adecuado
La germinación no requiere equipos sofisticados, pero ciertas condiciones ambientales marcan una gran diferencia:
- Temperatura: Mantenga la zona caliente, alrededor de 22-25°C (71-77°F).
- Humedad: Procure que la humedad relativa sea del 70-90%.
- Oscuridad: Las semillas no necesitan luz en esta fase.
- Ventilación: Mantén el espacio bien ventilado pero sin corrientes de aire.
- Higrómetro: práctico para controlar los niveles de temperatura y humedad.
Un pequeño armario de cultivo o una cámara de propagación pueden ayudar a controlar estas variables, y una esterilla calefactora o un humidificador pueden ajustar el ambiente si es necesario.
Métodos comunes de germinación (paso a paso)
Hay varias formas de germinar semillas de cannabis. Cada método tiene sus pros y sus contras, pero todos funcionan bien cuando se hacen bien.
1. Siembra directa en el suelo
Este es el enfoque más natural.
- Rellene la maceta o el arriate definitivo con tierra húmeda (no empapada).
- Haz un agujero de 1 cm de profundidad.
- Coloca la semilla dentro y cúbrela suavemente con tierra.
- Riegue ligeramente la zona; evite regar en exceso.
- Mantener el ambiente cálido y húmedo.
Ventajas: No hay choque de trasplante, las raíces permanecen intactas.
Contras: Es más difícil controlar el progreso y evitar el riego excesivo.
2. Método de la toalla de papel
Una de las técnicas más populares por su sencillez.
Necesitarás:
- Toallas de papel sin blanquear
- Dos placas
- Botella pulverizadora
- Un armario cálido y oscuro
Instrucciones:
- Coloque unas toallitas de papel húmedas en un plato.
- Esparza las semillas uniformemente por la superficie.
- Cúbralos con más toallas de papel húmedas.
- Sellar con la segunda placa para mantener la humedad.
- Almacenar en un lugar oscuro y cálido y comprobar diariamente.
Cuando veas una raíz pivotante blanca (normalmente en 24-72 horas), trasplanta la semilla con cuidado a una maceta, con la punta de la raíz hacia abajo.
Ventajas: Facilidad para controlar el progreso de las semillas.
Contras: Las raíces delicadas pueden dañarse durante el traslado.
3. Remojar las semillas en agua
Este método es rápido y ayuda a identificar las semillas viables.
- Llena un vaso con agua tibia.
- Introduce las semillas y coloca el vaso en un lugar cálido y oscuro.
- Espere hasta 24 horas, atento a la primera señal de una raíz pivotante.
Después de remojarlas, transfiera las semillas germinadas a un medio de cultivo. Evite dejarlas en agua demasiado tiempo para evitar que se ahoguen.
Ventajas: Resultados rápidos y prueba de viabilidad sencilla.
Inconvenientes: el tiempo es fundamental, demasiado puede arruinar la semilla.
4. Utilizar Jiffy Pots o Plugs de cultivo
Estas soluciones de plantación prefabricadas ofrecen comodidad y grandes resultados.
- Hidrate su Jiffy pot o plug (si es necesario).
- Deje caer la semilla en el agujero preformado.
- Cúbralos con cuidado y guárdelos en una bandeja de propagación con tapa.
- Mantener un ambiente cálido y húmedo hasta la germinación.
Una vez germinados, trasplante toda la maceta/tapón a un recipiente más grande.
Ventajas: Facilidad de trasplante, menos estrés para las raíces.
Contras: Requiere la compra de tapones o bandejas.
5. Utilización de un kit de iniciación
Los kits de inicio, como el kit Easy Start de Royal Queen Seeds, vienen con todo lo necesario, incluidas macetas, bacterias beneficiosas, iluminación e incluso semillas.
Pasos:
- Mezcle las bacterias incluidas en el envase con agua y sumerja las macetas.
- Añade las semillas a cada maceta.
- Coloque las macetas en un propagador con perlita y ciérrelas con la tapa.
- Espere a que comience la germinación (normalmente entre 1 y 6 días).
Ventajas: Apto para principiantes, alta tasa de éxito.
Contras: Coste ligeramente superior, depende de la marca.
¿Debería utilizar lana de roca?
Otra opción son los cubos de lana de roca, que suelen utilizarse en cultivos hidropónicos. Aunque proporcionan un entorno estable para la germinación, no son ecológicos y no son ideales para los cultivadores ecológicos. Utilícelos sólo si tiene experiencia con este medio.
Reflexiones finales
Germinar semillas de cannabis es sencillo cuando sabes lo que necesitan: calor, humedad, oscuridad y un poco de paciencia. Tanto si prefieres la sencillez de la siembra directa como la precisión del papel de cocina, la constancia es la clave.
Si creas las condiciones adecuadas y manipulas tus semillas con cuidado, darás a tus plantas de cannabis el mejor comienzo posible.